La revolución de los bosques

Con un silencio, la tierra va a dar a luz un árbol, del poeta Vicente Huidobro, abrió la Semana de la Madera 2018, que reunió 100 proyectos innovadores, un Wood Venture Day y más de 40 mil visitantes. Una revolución de este material noble, renovable, que secuestra el carbono y lo guarda durante largos períodos. Un metro cúbico de sus productos almacenan una tonelada de CO2. Si se reemplazara el hormigón por madera, la huella de carbono de un edificio se reduciría a la mitad.

Tantas buenas noticias que nacieron de este encuentro público internacional, donde los emprendedores ganadores crearon desde un producto renovable, inodoro y transparente para combatir el fuego en forma activa y pasiva, hasta un impregnante orgánico, que utiliza nanopartículas y desechos de la industria pesquera, quedando libre de metales pesados contaminantes.

Tal como lo anunció el presidente de Corma, Juan José Ugarte, “el mágico acontecimiento de la germinación es un proceso natural que se renueva una y otra vez en nuestros bosques, tomando el nutriente del suelo y el agua de las lluvias, transformando los gases carbono en oxígeno hasta llegar a la increíble cifra de que allí crecen ocho casas por minuto. Y en sólo 35 días tendríamos todo el material necesario para construir 400 mil viviendas que constituyen el déficit habitacional”.

El desafío está en la co-creación entre arquitectos, diseñadores, constructores, ingenieros, carpinteros, mueblistas y estudiantes, todos llamados a jugar un rol clave para construir un mejor país, cada día más sustentable.

En la actualidad, el mundo produce alrededor de 90 millones de toneladas de fibras textiles al año, dominando las sintéticas y el algodón. Las fibras forestales sólo representan un 6% por el momento. Según Marc Palahí, director del Instituto Forestal Europeo –EFI-, “la demanda se incrementará a unos 130 millones de toneladas para las siguientes décadas y a cerca de 250 millones para 2050”.

El europeo explicó que China e India reducirán su producción de algodón porque las tierras estarán dedicadas en los próximos años a la producción de alimentos y en ese contexto las fibras forestales serán el mejor substituto para llenar este vacío.

Los protagonistas forestales

Las posibilidades tecnológicas de la madera han impulsado desarrollos importantes de edificaciones tanto en Chile como en el mundo, abordando desde la construcción en altura y obras de gran magnitud hasta una serie de proyectos habitacionales. El público votó por sus favoritos, premiando un edificio basado en madera aserrada y una trama envolvente de descanso. La creatividad y el talento sorprendieron en cada espacio, donde por primera vez se recibieron doce participantes de Europa y Latinoamérica.

Este año se sumaron más participantes alrededor de un sector forestal que en Chile reúne cerca de 22 mil propietarios de plantaciones, sobre 50 mil propietarios de bosque nativo y cuyos trabajadores alcanzan las 400 mil personas. Todos impulsando el país bajo el nuevo paradigma actual de la revolución digital forestal, que ha transformado el uso de la ciencia y tecnología en los bosques mediante un mejor entendimiento conjunto con la naturaleza y sus recursos biológicos.

El equipo ganador de diseño creó una superficie moldeable a través de tecnologías digitales. Por su parte, los arquitectos del primer lugar valoraron el uso del suelo con un colectivo habitacional escuela versus cancha, y los ingenieros ganaron por su rigor académico en el desempeño sísmico de edificios de mediana atura en madera.

El arquitecto Thomas Robinson, del estudio Lever Architecture, responsable del edificio en madera más alto proyectado en Estados Unidos, Framework, fue uno de los principales expositores, así como Horacio Caperan, director ejecutivo del MIT, quien se refirió al ciclo de vida de un edificio, un aspecto clave para determinar su impacto ambiental en sus diversas etapas de construcción.

En este encuentro se apreció desde conectores hasta pintura ecológica para proteger muros, modernos mobiliarios y proyectos de innovación tecnológica destinados a construir en Chile junto a un material noble. Para Francisco Lozano, presidente de Madera21, “la colaboración es fundamental en el proceso de desarrollo de la innovación. En Chile existe un espacio para esta línea de emprendimientos, que puede acceder además a fondos de inversión y a las propias empresas del sector”.

Por su parte, Marc Palahí enfatizó que “la prosperidad de la economía emprendedora necesita de una relación simbiótica entre la ecología y la biodiversidad. La revolución digital, caracterizada por el big data, realidad aumentada y la inteligencia artificial, puede ser catalizadora de un nuevo bioparadigma económico, donde la gestión y el sector forestal juegan un rol clave”.

Justamente los bosques constituyen la principal infraestructura del planeta, siendo el mayor sumidero de carbono y la más importante fuente terrestre de oxígeno, agua y diversidad. Chile ya abrió su oferta.